Para
introducir esta obra literaria en un aula de niños y niñas de 5 años, una
de las mejores formas de hacerlo es a
través de la dramatización de dicha obra, que en este caso se realizará a
través de un cuento motor. Para ello, he adaptado el cuento Chiquitín el elefante a la edad de los
niños/as y a las posibilidades de acción de estos, así como a las facilidades
que podemos tener como educadoras en un centro de educación infantil.
En primer lugar, y antes de comenzar esta
actividad, la educadora encargada de llevarla a cabo preparará el ambiente en
el que se va a desarrollar, que será el aula polivalente, sala de
psicomotricidad o incluso el patio del colegio si es posible, puesto que en
ellas hay mayor espacio (que permite una mejor movilidad) y encontraremos los
materiales adecuados para organizar el circuito que se debe de seguir durante
la narración del cuento motor. El espacio estará ambientado como si fuera una sabana.
Dicho circuito será adjuntado tras la actividad como plano de orientación y
distribución en el espacio. Una vez el espacio esté organizado y listo, se
pasará a desarrollar la actividad en sí con los niños/as en dicho espacio.
El desarrollo de la actividad consistirá
básicamente en narrar el cuento motor, e ir indicando los movimiento y el
recorrido que se debe de seguir para que los pequeños/as sigan la historia y se
involucren en ella como si formaran parte de ella. A medida que se vaya
contando la historia, la educadora irá indicando los movimientos, y guiará e
interactuará con los niños/as para que se involucren de forma activa durante su
desarrollo.
Es importante destacar la actitud del
educador durante la sesión, ya que ésta debe ser activa, participativa,
dinámica y atenta para facilitar la estimulación y ofrecer al niño/a una
atención individualizada con el fin de encaminarle a la resolución de algún
problema. El lenguaje que utilice debe ser claro, enunciativo, descriptivo y
comprensivo, utilizando un tono y un gesto afectivos, que les resulten acogedores
y les inviten a la acción.
El guión que se debe seguir está recogido en
la siguiente tabla, en la cual se encuentra en la columna izquierda el cuento,
sacado del libro de E. Moser Chiquitín el
elefante (Ediciones Gaviota , 1995), y en la columna derecha, las
indicaciones que debe dar la educadora y los movimientos que deberían de hacer
los niños/as. A excepción de esto está la primera parte del cuento, puesto que
es una introducción a la historia y no necesita dramatización.
Erase una vez un elefantito que había nacido muy menudito. Bueno, más
que menudo, ¡era minúsculo! De tan menudito que era, casi no podía decirse
que fuese un elefante. Pero tenía trompa, y orejas caídas, y todo el aspecto
de un elefante. Además, era un elefante.
A los dos días de nacer, el minúsculo elefante se perdió entre las
altas hierbas. Sus padres lo buscaron desesperadamente, pero no pudieron
encontrarlo.
La manada de elefantes siguió su camino y los padres del elefante
Chiquitín, con el corazón destrozado, tuvieron que abandonar la búsqueda.
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Los niños/as, sentados en asamblea, escucharán el
comienzo del cuento.
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Chiquitín se había quedado acurrucado debajo de una hoja muy grande y
dormía. Cuando el sol llegó a lo más alto, se despertó. Chiquitín miró a su
alrededor y notó que le faltaba algo. No podía decir qué era exactamente…,
pero de repente se sintió muy solo en el mundo.
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La
educadora indicará a los niños/as que deberán tumbarse en el suelo como si
estuvieran dormidos al igual que Chiquitín. Después tendrán que levantarse y
mirar a su alrededor como si buscaran algo.
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Chiquitín se levantó y se puso a buscar lo que le faltaba. Entonces, se
encontró con una abeja. Y le vio cierto parecido con él, porque tenía trompa.
Lleno de alegría, chiquitín corrió hacia ella. Pero la abeja tuvo miedo
y escapo volando. Chiquitín se quedo mirándola, decepcionado.
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Seguirán
mirando en busca de lo que se le ha perdido a Chiquitín, e imaginando que han
visto una abeja, los niños/as, junto a la educadora, correrán hasta donde
estaría esta, e imitarán que están tristes porque la abeja se va.
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Siguió adelante y llegó a un bosque. En él, vio un caracol. Chiquitín
enrolló su trompa para que se pareciese a la concha del caracol, pero el
caracol se refugió enseguida dentro de su concha. El pequeño elefante le dio
un empujoncito.
- ¡Hola!-
insistió.
Pero el caracol no salía de la concha. Entonces, Chiquitín comprendió
que debía seguir buscando.
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Seguirán
andando y pasarán sobre un banco hasta llegar al “bosque”, donde está es caracol.
Cada uno tendrá una pelota, que tendrán que ir empujando dándole pequeños
golpes.
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En una pradera, se encontró con cuatro grillos y una rana. Los cinco
formaban un conjunto musical.
- ¡Anda!
¿Qué clase de bicho eres tú?- preguntó un grillo a Chiquitín.- ¿Puedes hacer
música con esa nariz tan larga?
- No lo
sé- contestó el elefantito.
- Sopla
un poco- dijo la rana-. Eso se parece mucho a una trompeta.
Chiquitín sopló con su trompa y se oyó un sonido agudo, magnífico, de
trompeta.
Los grillos y la rana quedaron entusiasmados: un trompeta era
precisamente lo que faltaba en su conjunto.
Las semanas siguientes, Chiquitín recorrió la pradera con los músicos.
Tocaban en las bodas de las mariposas y daban muchas serenatas.
Chiquitín soplaba alegremente con su trompa y estaba muy contento de
andar con los músicos. Creía haber encontrado lo que había perdido.
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Seguimos
caminando sobre cuerdas, que nos llevan a la pradera donde están los grillos,
que es una colchoneta sobre la que hay instrumentos (tambores, flautas,
castañuelas, etc.) que los niños/as deben hacer sonar alegremente cuando la
educadora lo indique, simulando que son la banda de música. Además podrán
bailar si se les apetece.
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Pero, a la tercera semana, tuvo que separarse de los grillos y de la
rana. Su trompeta sonaba cada vez más alto. Soplaba tan fuerte que ya no
dejaba oír el canto de los grillos y el croar de la rana. Porque Chiquitín
había crecido un poquito, ¡y también aumentó la potencia de su trompeta!
Comprendió que no podía seguir tocando con ellos y se despidió de los
músicos.
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La
educadora le dará una trompeta a uno de los alumnos para que sople y la haga
sonar mucho más fuerte que los demás instrumentos.
Continuarán
andando.
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Chiquitín se entristeció, porque volvía a estar solo. Avanzó un trecho
por la pradera y encontró un nido con huevos de avestruz. Desde lejos, los
huevos parecían elefantitos.
Pero, desgraciadamente, no tenían trompa y tampoco hablaban. Chiquitín
se acomodó en el nido y se acurrucó junto a los huevos.
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Por
un camino entre dos cuerdas, llegarán a un gran círculo formado por cuerdas
que simularán el nido. Allí se tendrán que tumbar.
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Poco después, siguió su camino. Llegó a un río y se sentó junto a la
orilla. Tenía la vista fija en el agua y estaba muy melancólico.
Dos ratones vigilaban al elefantito.
- ¿Por
qué estás tan triste?- preguntaron a Chiquitín.
- ¡Ay!
No lo sé- dijo Chiquitín suspirando.
Entonces los ratones trajeron botes y pinceles y pintaron el cuerpo de
Chiquitín con muchos colorines.
- Los colores
siempre son buenos para combatir la tristeza- opinaron.
Chiquitín observó su reflejo en el agua. Pero tampoco sirvió de nada.
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Caminando
un poco, llegan a una zona en la que hay papel continuo en la pared con un
elefante dibujado. Todos tendrán que coger témpera y pinceles que habrá allí
y pintar al elefante a su gusto, dándole color.
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Chiquitín siguió por la orilla del río. Y vio un pájaro volando sobre
el agua. Chiquitín quiso probar si él también podría volar y subió a un
árbol. Saltó del árbol y cayó al río.
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Siguen
andando, y al llegar a un banco, uno por uno irán subiendo y saltarán desde
él hacia una colchoneta, que simulará el río.
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Una tortuga le salvó de ahogarse.
- Ponte
sobre mi caparazón- dijo-. Y ahora, cuéntame por qué has saltado al agua.
Entonces, Chiquitín contó a la tortuga todo lo que sabía de sí mismo,
que era muy poco.
La tortuga era sabia y bondadosa. De modo que, nadando, llevó a
Chiquitín hasta la orilla del río, dónde había dos cerdos.
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Sentados,
se irán arrastrando desde una punta de la colchoneta a otra simulando que van
sobre el caparazón de la tortuga.
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Don Cerdo y doña Cerca no tenían hijos. Por eso, se alegraron mucho
cuando la tortuga les llevó al diminuto elefante.
Chiquitín se encontró enseguida a gusto con los cerdos. Eran
cariñosísimos con él, y cariño era otra cosa que también le faltaba. Además,
eran redondos, ¡y tenían orejas caídas, y una especie de trompa!
No pasó mucho tiempo, antes de que Chiquitín llamara “papá” y “mamá” a
los dos cerdos. Él quería quedarse con ellos para siempre.
A veces, por la noche, cuando el elefantito ya se había dormido, los
dos cerdos hablaban de Chiquitín.
- Debemos
decirle que no es hijo nuestro, sino que, en realidad, es un elefante, aunque
le queremos como si fuera un cerdito- dijo don Cerdo.
- No-
contestó doña Cerda después de pensarlo largo rato-. No, todavía no. Más
tarde, quizás, mucho más tarde…
Aunque, en el fondo, eso no tenía tanta importancia ¿verdad?
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Se
irán tumbando sobre otra gran colchoneta, simulando que están dormidos como
Chiquitín, y desde esta postura escucharán el final del cuento.
Esto
servirá a modo de relajación.
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Plano de
orientación y distribución en el espacio:
JUSTIFICACIÓN:
La decisión de llevar a la práctica esta
actividad se basa en que es una forma novedosa y lúdica de introducir una obra literaria
en un aula de Educación Infantil; además, de esta forma se produce un acercamiento a la literatura sin que se
produzca un esfuerzo.
Además,
en relación a este punto, se puede decir que al ser un circuito que tienen que
seguir, tiene la misma estructura que una obra literaria, es decir, tiene una
introducción, un nudo, y un desenlace.
Por otra parte, al ser una historia movida y
que cambia de escenarios en varias ocasiones, permite que se pueda hacer de
esta forma, en la que se pueden incluir diversas acciones y movimientos con los
que se pueden trabajar diferentes posturas, desplazamientos, y, sobretodo en
las que aparecen sentimientos y
emociones con sus representaciones corporales, como se ha dicho antes en la
explicación del desarrollo de la
actividad. En este sentido cabe además destacar que la dramatización y el cuento motor están muy ligados a la literatura
en sí, particularmente a la literatura dramática y las formas teatrales.
Esta actividad,
por otra parte ayuda a trabajar aspectos
corporales y motores, como los desplazamientos, la coordinación dinámica, el
control postural, la respiración, habilidades motrices básicas como: saltos,
equilibrios, giros...; la estructuración espacio-temporal, etc., que les serán
muy útiles a los niños/as en su desarrollo global.
Con esta actividad se fomenta igualmente la cooperación, la interacción con iguales,
la distensión,.., que harán que los niños/as disfruten con la actividad. Además
de ello, se pretende trabajar aspectos como la autonomía, la socialización, la individualidad, la
singularidad, la actividad, la realidad y el juego.
El desarrollo de esta actividad incluye un elemento
de intriga, ya que los niños/as al
no conocer el cuento, no sabrán que va a ir pasando durante el transcurso de la
sesión, lo que les hará estar atentos y activos a todo lo que irá aconteciendo.
De esta forma, se irá produciendo en ellos un goce estético vinculado con el acercamiento a la obra literaria. A
la vez que están jugando e interactuando en el desarrollo de un cuento, están
disfrutando de lo que están viviendo. Además, que se trate de una aventura hará
que les llame más la atención.
Por
otra parte, que el cuento sea llevado al aula de esta forma, hace que los
niños/as se abstraigan de su mundo y
se metan por completo en el ambiente del cuento, viviéndolo como algo cercano a
ellos. De esta forma se les aleja de lo
cotidiano, puesto que la historia del cuento es muy diferente a lo que
ellos viven en su entorno más cercano. Esto a su vez hace que se potencia la imaginación y la creatividad, puesto
que se irán imaginando ellos mismo qué podrá pasar a continuación y adelantarse
a los acontecimientos
Por último, creo que con este tipo de
narración, se potencia la escucha y el
diálogo, puesto que tendrán que mantener la atención a la narración del
cuento para saber qué tendrán que ir haciendo y que irá pasando en la historia.
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